LA CASA PLISADA
La consolidada urbanización Mas Camarena (Bétera) situada al noreste de Valencia, alberga esta vivienda titulada “La casa plisada” en la que el juego de superficies, volúmenes y láminas da lugar a un proyecto donde prima la privacidad y la armonía arquitectónica.
La vivienda se desarrolla como un esbelto elemento construido que se pliega, abrazando los espacios que conforma con cada doblez, en un conjunto de sólidas láminas plisadas que con cada rítmico movimiento mece unos interiores en parte ocultos y en parte abiertos, que se insinúan y esconden, se abren y cierran.
Entre el encaje de ondulantes superficies superpuestas, los espacios diáfanos se despliegan con libertad y fluidez, creando atmósferas propias y conectando visualmente los distintos niveles. A través de estas conexiones, la riqueza de fugas visuales se multiplica en sesgadas visiones entre las estancias, patios, terrazas y jardines a distintos niveles que configuran todo un paisaje interior cambiante, dinámico y en constante movimiento.
RECORRIDOS INDEPENDIENTES
La vivienda cuenta con un único acceso desde la calle, por tanto, el objetivo se centra en desarrollar dos recorridos de entrada independientes, uno para el tráfico rodado y otro peatonal. Una masa vegetal acompaña al visitante en su aproximación a la casa a lo largo del eje este-oeste, impidiendo visuales directas entre ambos recorridos.
Aprovechando las especiales características geométricas de la parcela, el recorrido para el tráfico rodado llega únicamente a un punto intermedio donde se ubica el espacio destinado al aparcamiento cubierto, liberando el resto de la parcela de la presencia de vehículos. El recorrido peatonal, por el contrario, continúa hasta el centro de la parcela, donde se proyecta el vestíbulo de entrada.
La confluencia entre el eje de acceso peatonal y la masa construida se produce transversalmente. En este punto, el muro de fachada se fragmenta para permitir la entrada a los espacios interiores, generándose el vestíbulo de entrada: un espacio diáfano en el que confluyen todos los recorridos interiores de la vivienda. El elemento protagonista en este ámbito central de la vivienda viene dado por la escultórica escalera que se despliega voluptuosa atravesando todos los niveles de la casa.
Un patio abierto bajo rasante en el área de acceso, junto a la zona de estacionamiento de vehículos, aloja el espacio destinado a instalaciones, evitando su impacto visual en el conjunto de la zona ajardinada, resultando así accesibles para las necesarias labores de mantenimiento.
LA FACHADA MACIZA
Uno de los requisitos del proyecto era asegurar la privacidad e intimidad de los habitantes debido a la proximidad de edificaciones contiguas próximas a la parcela. Es por ello por lo que la fachada representa el límite físico de la vivienda, la principal protección de los espacios interiores privados con respecto al exterior. Se opta por desarrollar una fachada másica, sin grandes huecos, que garantice la efectiva privacidad del interior del hogar.
Este celo por la intimidad se conjuga con un férreo control de las visuales, de modo que cada estancia disponga de una orientación única, sin afectarse. Además, se dota de un espacio exterior propio al dormitorio principal, debidamente protegido y aislado.
Por el contrario, las fachadas que recaen en los espacios ajardinados propios se diluyen en grandes ventanales de vidrio, abriendo los espacios interiores hacia los exteriores en una continuidad ininterrumpida. Esta disposición potencia el eje norte-sur predominante, con sólidos muros laterales y etéreos cerramientos en los testeros.
ARQUITECTURA PLEGADA
La orientación sur es la elegida para disponer los principales espacios exteriores de la vivienda, conectados visual y funcionalmente con las estancias más importantes de la casa. Salón, comedor y cocina gozan de autonomía propia, colonizando cada uno de los ámbitos exteriores exclusivos que terminan por converger en amplias terrazas alrededor de la piscina en búsqueda de las mejores orientaciones.
EL PATIO HACIA EL CORREDOR VERDE
Dotar de luz natural y visuales cruzadas el corazón de la casa resulta fundamental en este proyecto. Un generoso patio ajardinado se abre hacia el corredor verde al este, llenando de luminosidad todos los interiores y permitiendo fugas visuales hacia las copas de los árboles del “Paseo escondido”.
En torno al patio se despliegan todas las estancias de la zona de día, creándose de esta manera recorridos claustrales en perenne contacto con el exterior ajardinado.
En sección, el esbelto elemento construido se pliega, abrazando los espacios que conforma con cada doblez en un conjunto de sólidas láminas plisadas que con cada rítmico movimiento mece unos interiores en parte ocultos y en parte abiertos, que se insinúan y esconden, se abren y cierran.
ESPACIOS DE LUZ E INTIMIDAD
Entre el encaje de ondulantes superficies superpuestas, los espacios diáfanos se abren con libertad y fluidez, creando atmósferas propias y conectando visualmente los distintos niveles.
A través de estas conexiones, la riqueza de fugas visuales se multiplica en sesgadas visiones entre las estancias, patios, terrazas y jardines a distintos niveles que configuran todo un paisaje interior cambiante, dinámico, en constante movimiento
En planta superior, donde se ubica la zona de noche, el principal objetivo de la vivienda es el control de la intimidad y privacidad de las estancias.
Por ello, el cuerpo construido se retranquea con contundencia respecto a la planta inferior, asegurando la desconexión visual entre los espacios más públicos de la vivienda y los más introvertidos.
EL OCIO BAJO RASANTE
Buscando el amparo del contacto con la tierra, los espacios destinados a ocio y deporte se cobijan en la planta bajo rasante. Aislados acústicamente y con accesos independientes, estas estancias disfrutan además de sus propios espacios verdes gracias a sendos patios que descienden su cota de implantación hasta el propio sótano, llevando consigo además la luz y ventilación necesaria.