ESBELTEZ Y FRAGMENTACIÓN
Una torre residencial para enmarcar el acceso a la ciudad, convirtiéndose en diseño reconocible sobre el paisaje urbano de Valencia.
Este es el principal requisito arquitectónico y urbanístico que asume la propuesta, exigido desde el propio planeamiento. Este objetivo debe alcanzarse, además, desde unos parámetros muy restrictivos en cuanto a altura, geometría y alineaciones, no permitiéndose cualquier opción que pretendiese sobre elevarse o que emplee geometrías alejadas de la ortogonalidad del trazado urbano.
La creación de un nuevo hito arquitectónico para la ciudad de Valencia, que reciba al visitante y genere un final de perspectiva de la Avenida Cortes Valencianas -principal arteria de comunicación hacia el noroeste- se debe acometer desde el precepto de simetría, entendida no como reproducción especular de la torre existente que la enfrenta, sino como contrapunto volumétrico capaz de crear un eco compositivo que complete el conjunto.
El planeamiento asegura el cumplimiento de todas estas prerrogativas estipulando la relación mínima entre altura y perímetro, por lo que la idea de esbeltez se consolida como fundamental en el diseño de la torre. Para lograrla se fragmenta el volumen, laminando el prisma hasta conseguir la elocuente presencia de un cuerpo de estilizada proporción que emerge con rotundidad sobre su entorno.
DESLIZAMIENTO
Estas piezas se hacen deslizar entre sí, maximizando la superficie de fachada, buscando las mejores orientaciones y las lejanas visuales al mar. Un movimiento que imprime dinamismo, una inercia adquirida del continuo flujo de la avenida que impulsa la pieza central avanzando sobre las que la flanquean. La percepción del incisivo alzado resultante se enfatiza al reducirse en altura las piezas laterales, cuyas cotas se entroncan con las edificaciones próximas en un respetuoso diálogo.
El espacio urbano en el que se asienta la torre se libera, en una clara intencionalidad de potenciar la verticalidad del edificio al tiempo que se da una respuesta permeable a la trama urbana y al parque contiguo, cuya vegetación rebasa sus muros y coloniza el nuevo espacio abierto, de trascendente calidad.
IDEA DE TORRE
«Un edificio alto no tiene por qué ser una torre y, de hecho, una torre no siempre tiene que ser un edificio alto. Lo que define a una torre es su esbeltez.» Ricardo Aroca.
El recurso de disponer dos torres flanqueando la entrada a una ciudad ha calado profundamente en el imaginario colectivo como una estampa icónica de la propia ciudad. Valencia es un claro ejemplo de esta asociación popular de fuerte arraigo histórico, por lo que parece lógico que el planeamiento actual adopte esta solución para «conformar la imagen de Puerta de Acceso a la ciudad» desde el noroeste gracias al diseño de una torre residencial en altura.
SIMETRÍA
Tratar de configurar dos torres flanqueando la entrada a la ciudad pasa, ineludible, por trabajar con el concepto de simetría, recogido en Plan Parcial con la intencionalidad que se garantice desde la «composición urbanística». No obstante, el posterior Estudio de Detalle lo lleva a su expresión más literal, determinando la inmediatez de la simetría exactamente especular, en un ejercicio que destila un escaso proceso reflexivo.
Del estudio exhaustivo del planeamiento, que incluye conversaciones con agentes de la propia corporación local encargados de velar por su cumplimiento, se extrae como conclusión que las garantías confiadas al requisito de simetría se focalizan en «conformar la imagen de Puerta de Acceso a la ciudad» mediante la construcción de dos torres que emergen con volumetrías y alturas semejantes, sin mayores influencias formales recíprocas.
ESPACIO PÚBLICO
Contrariamente a esta actitud invasiva de plano del suelo que acaba generando una barrera arquitectónica de 10 metros de altura a nivel de calle, reduciendo la percepción de esbeltez de la propia torre y restando valor urbano al conjunto además de menoscabar las posibilidades de aprovechamiento del terciario en cota de calle; el proyecto plantea la liberación del plano del suelo que asienta la torre, creando un espacio urbano de gran calidad que aporte un valor añadido a la intervención y a su entorno.
De este modo, el uso terciario se concentra en la mayor parte de las plantas bajas, además de las plantas primera y segunda del bloque exento, que integra una pieza longitudinal de baja altura, introduciendo una escala más amable al espacio de plaza abierto frente a ella
FACHADA
El juego compositivo permeable de la fachada queda latente en la corta distancia, vislumbrándose la calidad de los espacios que se desarrollan tras su tamiz metálico. Una serie aparentemente aleatoria de lamas de aluminio vela el espacio, dotándolo de privacidad y calidez, generando un entorno íntimo en el que habitar.
El interior de las viviendas se nutre de esta fachada capaz de admitir distintas posiciones en sus lamas. La imagen exterior del edificio descubre una plena relación con el interior habitado. La posición de las lamas, que a priori puede parecer caprichosa, esconde una modulación pensada y exacta que coincide con las variaciones de los espacios que protege.
La estrategia proyectual entorno a las viviendas consiste en ubicar el mayor número de ellas con múltiple orientación logrando de esta forma unas viviendas con una agradable ventilación cruzada, lo que a su vez proporciona entre otras cuestiones un notable ahorro energético.
Además, gran número de las tipologías disfrutan de 3 orientaciones, que tanto visual como en términos de confort supone un gran valor añadido. Al disponerse en una pastilla común la zona de salón-comedor con la cocina y la terraza se logra un espacio único desde donde disfrutar de todo el conjunto y alrededores, lo que en las viviendas con triple orientación supone un valor visual y de amplitud considerable.
La disposición de la terraza dentro de la vivienda, que permite ser intercambiable en gran cantidad de casos, genera un juego y ritmo en la fachada que le otorga carácter al edificio. Estas van alternándose a lo largo de todo el perímetro, intentando ubicarse con cierta componente Sur para optimizar el soleamiento e iluminación en ellas.
Por otro lado, el diseño deslizante de las diferentes piezas que componen el conjunto residencial potenciado por el escalonamiento de los bloques de la torre permite maximizar las viviendas que disfrutan de vistas al mar de Valencia.