LA CASA EN LA PENDIENTE
Una ladera en fuerte desnivel; las vistas hacia el verde tapiz de la pineda extendiéndose colina abajo entre las montañas; y la búsqueda de la magnánima orientación sur en una parcela que, por su orografía, le da la espalda.
Con estas premisas el proyecto de arquitectura de esta vivienda en Ibiza se ve abocado a una íntima relación con la roca madre que, esculpida, aloja en su seno el núcleo de la vivienda, mientras la ladera intacta continúa ininterrumpidamente su descenso.
EL ACCESO ENTERRADO
Preservar el aspecto natural del plano inclinado de la ladera requiere evitar cualquier acción agresiva sobre su superficie. Las circulaciones, por tanto, deben desaparecer, enterradas, asegurando al mismo tiempo la intimidad de la zona de noche. La roca, trabajada in situ como la materia prima representativa del lugar, no sólo da soporte estructural a la pieza arquitectónica, sino que imprime, con su rugosa textura, el fuerte carácter de su materialidad al interior de los espacios.
Arraigándose en el propio terreno, el proyecto se lanza en potente voladizo hacia la frondosa pineda de las montañas de Ibiza, elevando una contundente plataforma que gravita sobre la ladera intacta.
El acceso a la parcela se debe producir, necesariamente, por su parte inferior, lo que determinará el recorrido interno de la arquitectura.
SOBRE LAS COPAS DE LOS PINOS
Ubicada en la urbanización de Can Furnet, cerca de la ciudad de Ibiza, la parcela tiene como principal condicionante su pronunciado desnivel topográfico, próximo al 32% lo que condiciona arquitectura de la casa. La urbanización se sitúa entre una serie de montañas cercanas al mar, lo que le confiere una condiciones únicas por la situación dominante sobre el paisaje que tiene.
Frente a la vivienda, en dirección norte, una densa pineda se extiende colina abajo. Posicionarse sobre las copas de estos árboles resulta imprescindible para obtener las ansiadas vistas hacia el lejano horizonte y, al mismo tiempo, maximizar el soleamiento recibido incluso por la cara sur de la casa que disfruta de ello gracias al trabajo realizado en la talla de la roca existente.
EL PABELLÓN ETÉREO
Las amplias visuales se logran, al fin, sobre las copas de los árboles, desde una posición privilegiada que reclama la máxima transparencia. La pieza de pabellón ligero, con visuales hacia todas las direcciones, adquiere aquí su máxima expresión.
Un plano liviano, apenas una leve lámina construida, da cobijo, con su sombra, al programa interior delimitado por la tenue piel de vidrio del perímetro acristalado.El resto de la superficie superior queda abierta, en amplia terraza, maximizando el uso exterior que el clima mediterráneo reclama. En el punto de máxima tensión, en el extremo de la rotunda pieza volada, la presencia de una lámina de agua especular desmaterializa el borde de la arquitectura, reflejando la silueta próxima de los árboles, reproduciendo el azul del cielo de Ibiza y desdibujando los límites de lo construido.
EL PATIO EXCAVADO
Ascendiendo en contacto con la materialidad desnuda de la roca, el recorrido arquitectónico se realiza a través de un paisaje interior iluminado cenitalmente que lanza visuales oblicuas a través del espacio vertical que acompaña la liviana escalera.
Este recorrido a través de la roca horadada obliga a jugar con los espacios vaciados de patios y visuales sesgadas para preservar la intimidad de las distintas partes del programa garantizando las óptimas condiciones de habitabilidad a todas las piezas. El espacio abierto entre la arquitectura y la roca se aprovecha para introducir la necesaria luz de sur que, tamizada por la celosía superior, se hace deslizar por la superficie rocosa hacia todos los niveles de la vivienda.
LA ESTRATIFICACIÓN DEL PROGRAMA
El óptimo nivel de asentamiento con respecto a la altura de los árboles establece el posicionamiento de las zonas de día y las zonas de noche. La zona de día toma el espacio sobre la plataforma, disfrutando de las extensas vistas hacia el lejano horizonte de Ibiza. La zona de noche se ubica bajo el voladizo, buscando la mayor privacidad al amparo de la sombra del elemento arquitectónico.
El tallado de la roca de la montaña en la cara sur se convierte en un gran patio que transporta la luz a cada uno de los distintos niveles. Aprovechando los varios niveles se establecen plataformas con usos que secuencian la bajada hasta el nivel más bajo, proporcionando este espacio.
El ligero plano horizontal de la cubierta que se prolonga más allá del espacio interior da cobijo bajo él al programa de la zona de día de la vivienda. En este nivel invade la sensación de tranquilidad y armonía que produce situarse sobre las copas de los pinos y disfrutar de la vistas a las montañas de la isla de Ibiza difuminarse en el horizonte junto a la propia arquitectura. Estas visuales se multiplican en el reflejo del espejo del agua de la piscina. que hacer que sean perceptibles desde diversos puntos del espacio.
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